Revival gap: Miguel de Molina

Dado que muchos pasaremos estos días de recogimiento y oración (je je je) en la soleada Málaga (esperamos que así sea, amén) , dedicamos este espacio a uno de los grandes de la copla española y además malagueño: Miguel de Molina.

El 10 de abril haría 100 años si viviera y tan sólo hace 16 que falleció y en Madrid se recoge la exposición "Arte y provocación". Una recopilación de revistas, fotos, y de un fascinante vestuario original del artista, ya que las pocas imágenes que tenemos de él son en blanco y negro y sorprende el gran colorido que el malagueño solía llevar en sus espectáculos, diseños totalmente de vanguardia y a la altura de cualquiera de los mejores diseñadores "alocados" actuales. La exposición se encuentra en el Complejo El Águila de Madrid.

De su ya leyenda, fue con el nacimiento de la república cuando decide dedicarse al espectáculo y se dice que en plena guerra Miguel cantaba "Suspiros de España" en la zona republicana mientras que Concha Piquer lo hacía en la zona nacional. Siempre tuvo muy claro su homosexualidad y jamás lo ocultó, por lo que tuvo que exiliarse por "rojo y maricón" según la denominación que hizo de él el régimen franquista después de la guerra y aniquiladas las libertades de la democracia republicana. De hecho, es brutalmente apaleado y torturado y lo destierran a Cáceres, pero él, harto de la inseguridad y del miedo decide salir para Argentina, dónde también tiene que escapar debido a las presiones de la embajada española y decide ir a Méjico para poco después volver a Buenos Aires de la mano de de la mismísima Evita Perón. Ciudad donde triunfó y donde reposan sus restos.

Grandes éxitos fueron "Ojos verdes", "El día que nací yo", "La bien pagá", "Sevillanas del Espartero" o el show "Amor Brujo" donde destacó por sus cualidades como bailarín. Además de las películas que grabó en Argentina como "Luces de candilejas" o "Ésta es mi vida".

Hijo predilecto de la Provincia de Málaga a título póstumo, tiene una estatua en la plaza Capuchinos, su barrio natal, y en 1992 se le concedió la Cruz Oficial Condecoración de la Orden de Isabel la Católica por su vida dedicada a las artes, en cuyo acto Miguel declaró: " Yo soy feliz, felicísimo; y si mañana me muero, muero tranquilo de que han reconocido que yo he sido siempre un buen tipo. Ahora me podré marchar en paz".
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