
Planeaba El Pelazo de Christina por partida doble, desde el gallinero con el equipo de esta página y desde el palco con el auténtico pelazo de ella, de nuestra musa, que contemplaba a veces impertérrita y otras divertida el desarrollo del show.
Bajo gritos de "eres un dios" y "que pelazo Nacho" (frase que nos llegaba al alma), y después de poder admirar al siempre magnífico Abraham Boba, da comienzo un concierto impecable, lleno de fuerza, técnicamente perfecto, con un Nacho menos divertido y ocurrente que otras veces pero que supo demostrar a sus fans quién es el auténtico contador de historias, quién es el único que sabe cantar dramas pero a la vez hace que el público se infle de placer y se arranque en aplausos incluso antes del final de cada tema.
Un sobresaliente de nota media en los que cabe destacar tres matrículas de honor: Dry Martini SA, 8 y medio, Secretos y Mentiras. Posiblemente también fueron de matrícula El tercer día y El Ángel Simón, pero eso se lo dejo al criterio de los lectores de El Pelazo.
ovalero
Pues sí, el concierto de Nacho Vegas fue muy bueno, a la altura de lo que nos tiene acostumbrados, que tío más grande.
ResponderEliminarLo malo está en la platea, empieza a ser demasiado conocido y el público no es el de antes, ahora hay demasiado tipo que lo mismo le da ir a un concierto de Vegas que a uno de El canto del loco que a las fiestas de su pueblo.
Me alegro que Nacho Vegas sea más conocido porque se lo merece, faltaría más, pero todo tiene una cruz, y estos personajes son una cruz de las gordas.
Crónica del concierto en la sección "Las arañas de marte" el martes 3 de febrero a las 22.30h en el programa "El hombre que se enamoró de la luna" de Radio Utopía. Escúchalo en www.radioutopia.es
ResponderEliminarA mí me impresionó "Ocho y medio", que no es una de mis canciones favoritas de NV, sin embargo consiguió un silencio que sólo recuerdo haberlo sentido, hace muchos años, en lugares de culto religioso. Va a ser verdad que NV es un dios, o, al menos, un semidiós. Impresionante, por lo demás, todo el concierto. Y la gente, bueno, desde donde yo estaba se mostró increíblemente respetuosa y atenta, se notaba que sabían las canciones, pero nadie las cantaba. El mejor concierto al que he asistido desde el de Bob Dylan en Gijón... ¡en 1993! Un saludo.
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