25/9/10

CRÓNICA CONCIERTO EELS -LA RIVIERA- 18-09-2010

Cuando sabes que vas a ir a un concierto de Eels piensas obviamente que vas a escuchar algo así: canciones tristes y hermosas en las que Mr.E, su líder, desgranará sus múltiples miserias.
Por eso cuando la mayor del concierto se centra en canciones cortas, aceleradas y llenas de guitarras la sorpresa puede ser mayúscula.

En realidad todo esto es una exageración porque la trayectoria del grupo, sobre todo en los últimos discos, ha oscilado entre el intimismo más descorazonado y el juego con los referentes del blues y el rock´roll más clásicos.

El concierto no se entiende sin tener en cuenta el componente autoparódico , presente desde el telonero ventrílocuo hasta la puesta en escena, el vestuario, o las barbas exageradas de todos los miembros de la banda. Ese componente autoparódico condicionó también el set list, que pese a una pequeña introducción más sosegada, en cuanto entró la banda dio paso a un recorrido por las canciones más energéticas del repertorio, por algunas versiones de clásicos como el “She said yeah” de The Rolling Stones o reinterpretaciones aceleradas de algunos de los temas más recientes.

Un concierto, en cualquier caso, perfectamente ejecutado, con un sonido cristalino y con el que, probablemente, los que más disfrutaron fueron los componentes de la propia banda, para bien o para mal. Absolutamente respetable y admirable como ejercicio de libertad artística pero ligeramente decepcionante para los que esperábamos un paseo más turbio por el cancionero de Mr. E.

Aún así, es más que recomendable la escucha de los muchos discos del grupo(en realidad un proyecto individual con músicos de apoyo) desde el ya lejano “Beautiful freak” hasta la reciente trilogía formada por “Hombre lobo”(muy en la línea de lo que hizo en el concierto) o los muy hermosos “End Times” o “Tomorrow morning”. Discos de una artista con letras crudas y desarmantes a pesar de su sencillez, con una gran capacidad para los arreglos más elegantes y con un repertorio lleno de enormes canciones.

El concierto fue divertido, brillante, loco, pero quizás se podría decir que nuestro artista venía con demasiadas ganas de pasarlo bien y olvidar sus propios pesares, esos mismos que hacen tan grandes sus canciones.

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